Marina Camprubí, ilustradora y alumni de LABASAD, debuta en El País

Su reciente colaboración con El País marca un punto de inflexión en una carrera que combina pasión, constancia y un profundo respeto por el proceso creativo.
Hay trayectorias que se construyen desde la intuición, desde esa voz interna que empuja a seguir creando incluso cuando el camino no parece claro. La de Marina Camprubí, ilustradora y alumni del Máster Online en Ilustración Editorial y Publicitaria de LABASAD, es una de ellas.
Marina es de esas personas que nunca han dejado de dibujar. “Recuerdo que, mientras estudiaba el bachillerato artístico, una compañera me dijo que quería ser ilustradora. Yo no sabía qué era exactamente eso, pero me llamó muchísimo la atención”.
Su paso por un grado de diseño gráfico acabó siendo la excusa perfecta para seguir ilustrando en todos los ejercicios posibles. Allí, un profesor que también era ilustrador le dio el empujón definitivo para estudiar ilustración a l’Escola Massana.
Pero fue más adelante, con LABASAD, cuando sintió que se abría un mundo nuevo:
“Estaba frustrada en un grado universitario que no era para mí y, por arte de magia, apareció un anuncio del Máster de LABASAD. Vi las asignaturas, el profesorado y supe que ese sí era el sitio”.
A diferencia de lo que muchas ilustradoras sienten al inicio, Marina ha aprendido a no obsesionarse con tener un estilo fijo. Según explica: “Creo que mi estilo aún está en proceso de maduración. El hilo conductor ahora mismo es más conceptual que técnico”.
También su metodología ha cambiado: “Antes dibujaba sin intención; ahora dedico el 70% del tiempo a pensar y solo el 30% a ilustrar. De ese 30%, un buen porcentaje es pura intuición”.
Ese equilibrio entre reflexión e instinto le permite adaptar su trabajo a cada proyecto, sin rigideces.
“He aprendido a dejar atrás el miedo a soltar. Ahora dejo que cada encargo me dicte las formas, las líneas o el color”.
Ilustrar para El País era uno de los grandes objetivos de Marina. Y lo consiguió siguiendo un consejo del Máster: durante la asignatura de Autopromoción, la profesora Anna Miracle les recomendó crear un Excel con posibles clientes. El primero que apuntó fue el director de arte del periódico, quien había impartido una masterclass durante el curso. Al terminar, le envió su porfolio, y la oportunidad llegó.
El encargo consistía en acompañar un texto de Sabina Urraca titulado Hueso roto: cuando se nos olvidó convalecer, una reflexión sobre la necesidad del descanso en una sociedad dominada por la productividad.
Los primeros bocetos de Marina eran más metafóricos —“pensé en una chica reposando dentro de un caldo, como si estuviera en una sopa”—, pero con ayuda de su tutor en LABASAD, Diego, encontró el enfoque final: una persona enferma en la cama, rodeada de pañuelos acumulados que simbolizaban el paso del tiempo.
“Profesionalmente fue un sueño cumplido: estoy contentísima y muy agradecida. Personalmente, fue muy intenso. Me puse tanta presión que me frustré en algunos momentos, pero fue un aprendizaje enorme”.

Si algo destaca Marina de su paso por LABASAD es la confianza adquirida: “El Máster me dio herramientas valiosísimas que me servirán toda la vida y, sobre todo, el impulso para creer que podía dedicarme profesionalmente a la ilustración”.
La asignatura de Autopromoción y Portfolio fue clave. “Me ayudó a entender cómo funciona el mundo de la ilustración y cómo salir a él sin morir en el intento”.
El formato online fue otra de las grandes ventajas: le permitió compaginar el Máster con su trabajo y, al mismo tiempo, le brindó una comunidad de compañeros que hoy continúa siendo un pilar importante.
“Sigo en contacto con mis compañeros de LABASAD; nos apoyamos en los proyectos que tenemos entre manos y me emociona pensar en todo lo que les queda por crecer”.
Tras su colaboración en El País, Marina sigue construyendo su camino con nuevos proyectos: la portada del libro El plaer de la lluita de Anabel Tena, colaboraciones con The Barcelonian y su participación en ferias de autoedición como El Patac de Lleida.
Su sueño a medio plazo es claro: poder vivir de la ilustración, pero lejos de la gran ciudad. “La ilustración en Cataluña está muy centralizada en Barcelona y parece que si no vives allí no podrás dedicarte a ello. Yo quiero poder romper un poco con eso”.
En cuanto a metas más concretas, sueña con ilustrar portadas para editoriales como Tigre de Paper o Penguin Random House, colaborar con revistas impresas y llegar a medios internacionales como The New Yorker o The New York Times.
La trayectoria de Marina Camprubí nos recuerda que ilustrar no es solo dibujar, sino pensar, sentir y traducir ideas en imágenes. Una búsqueda personal en la que LABASAD ha sido impulso, brújula y comunidad.
“Antes dibujaba sin intención; ahora pienso antes de trazar. Y aunque mi estilo siga en evolución, sé que quiero dedicarme a la ilustración desde un lugar honesto y libre”.
Con talento y constancia, Marina sigue demostrando que los sueños se alcanzan cuando se transforman en acción.
¿Quieres ser tú la próxima persona en dar ese salto? Descubre nuestro Máster Online en Ilustración Editorial y Publicitaria y comienza a construir el futuro que imaginas. Escríbenos a [email protected].