Adrià Chalaux y Albert Moreu, los creadores de las experiencias interactivas del stand de LABASAD en OFFF 2025

Desde su estudio Collserola, colaboraron con LABASAD en OFFF 2025 desarrollando tres experiencias digitales interactivas que combinan código, diseño y participación del público.
Del 8 al 10 de mayo, LABASAD debutó como Sponsor Educativo en OFFF Barcelona con el Creators’ Playground, un stand interactivo que puso en valor la creatividad, la pedagogía y la tecnología como motores de transformación. En el corazón de esta propuesta, tres experiencias digitales desarrolladas por Adrià Chalaux y Albert Moreu, codirectores del Máster Online en Programación para Creativos de LABASAD. Su trabajo fue el puente entre la imaginación visual de la escuela y la materialización de una experiencia inmersiva real.
Adrià y Albert son los fundadores de Collserola, un estudio digital con más de 15 años de trayectoria. Su historia empezó de forma orgánica y autodidacta, cuando desarrollaron su primera web para un restaurante sin tener conocimientos previos de programación. Desde entonces, su evolución ha sido constante, enfrentándose a proyectos cada vez más complejos para clientes de todo tipo: desde editoriales independientes hasta universidades, festivales culturales o agencias creativas.
“No sabíamos programar, pero teníamos ganas de construir cosas. Empezamos por necesidad y curiosidad. Desde ahí, hemos aprendido a adaptarnos a cada nueva tecnología para seguir ofreciendo soluciones relevantes”, explica Adrià.
Hoy, Adrià se enfoca en el diseño visual y la programación creativa, mientras que Albert ha profundizado en el desarrollo técnico, el backend y la arquitectura de sistemas. Su estudio funciona como un pequeño taller digital donde cada encargo se trata como una pieza única.
“Trabajamos como en un atelier: cada proyecto tiene sus códigos, su estética, su lógica. Lo pensamos, lo discutimos y lo resolvemos entre los dos, como si fuera un reto artesanal”, cuenta Albert.
En el marco del OFFF Festival 2025, LABASAD les propuso colaborar en el diseño de tres activaciones de marca para su stand. La idea partía del equipo creativo de la escuela, liderado por Florence Birebont, y tenía un reto claro: traducir el universo gráfico de LABASAD en experiencias digitales participativas, intuitivas y robustas.
Adrià y Albert desarrollaron una ruleta de la fortuna táctil con premios, descuentos y retos creativos; una app de dibujo en iPad que invitaba a los visitantes a dejar su huella visual; y un mural digital proyectado en una gran pantalla LED, donde se mostraban en mosaico todas las creaciones del público, construyendo un paisaje colectivo y cambiante.
“Nuestro objetivo era que cualquier persona entendiera rápidamente cómo interactuar con el stand. Cada pieza debía ser clara, funcional y visualmente coherente”, afirma Adrià.

Detrás de esa experiencia aparentemente fluida y lúdica, había un entramado técnico complejo que exigió semanas de planificación, desarrollo, testeo y refinamiento. Las tres activaciones —la ruleta, la app de dibujo y el mural digital— no solo tenían que funcionar por separado, sino comunicarse entre ellas en tiempo real, ejecutarse en dispositivos distintos (iPads, pantallas táctiles, pantallas LED) y adaptarse a las condiciones imprevisibles de un entorno efímero como el OFFF.
El mayor reto técnico fue asegurar que el sistema fuera ágil, ligero y estable. El stand no podía depender de una conectividad constante ni permitirse errores en vivo. Para ello, desarrollaron una arquitectura modular que permitiera la sincronización local entre dispositivos, minimizando la latencia y optimizando cada interacción para que la experiencia del visitante fuera instantánea, clara y satisfactoria.

Albert Moreu asumió el liderazgo en la parte de backend, integraciones y validación técnica, mientras que Adrià se centró en la programación creativa y el diseño de interfaz. Juntos ajustaron desde la lógica algorítmica de los premios de la ruleta hasta los parámetros exactos para proyectar los dibujos en pantalla LED sin pérdida de resolución ni color.
“Tuvimos que testearlo todo en estudio antes de llevarlo al festival. Desde cómo se renderizaban los dibujos hasta cómo se transmitían entre dispositivos. Había que prever errores, latencias, y ajustar al milímetro cada parte del flujo”, cuenta Albert.
Además, durante el montaje, ambos estuvieron presentes para adaptar las aplicaciones sobre el terreno: resolvieron detalles como el mapeo de píxeles en la pantalla de gran formato, calibraron visualmente la app de dibujo para que fuera intuitiva en el iPad, y realizaron los últimos ajustes de compatibilidad según los equipos técnicos reales del espacio.
“La gente ve la experiencia, pero no todo lo que hay detrás: testeo, debugging, arquitectura de software… Que todo funcione bien en un entorno como OFFF, lleno de estímulos, ruido y limitaciones técnicas, es un logro en sí mismo”, afirma Albert.

Esta forma de entender la programación —como un medio creativo, accesible y flexible— es la base del Máster Online en Programación para Creativos que dirigen juntos en LABASAD.
“Nos dimos cuenta de que cuando empezamos no existía un lugar donde aprender esto: ni el enfoque creativo, ni las herramientas reales, ni cómo trabajar en estudio. Así nació el máster. Es lo que nos habría gustado tener a nosotros”, cuenta Adrià.
El programa va dirigido a perfiles creativos (diseñadores, ilustradores, fotógrafos, arquitectos…) que quieren iniciarse en el mundo del código sin renunciar a su identidad gráfica. Se enseña programación desde una óptica visual, conceptual y práctica, centrada en proyectos reales, clases en directo y feedback constante.
“No buscamos formar programadores tradicionales, sino perfiles híbridos: capaces de hablar con equipos técnicos y creativos, y de construir puentes entre ambos mundos”, añade Albert.
La experiencia docente de Adrià y Albert en LABASAD ha sido tan enriquecedora como su práctica profesional. Ya han acompañado a varias generaciones de alumnos, algunos de los cuales han lanzado proyectos digitales propios a partir del máster. Según Adrià, “la programación es un lenguaje sin límites. Lo que puedes crear depende solo de tu imaginación. Es como el diseño, pero con herramientas infinitas. Y cuando ves a alguien sin experiencia lanzar su primera web interactiva, te emociona”.
Además, el formato #Onlive de LABASAD les permite mantener un contacto cercano y dinámico con estudiantes de toda España y Latinoamérica. “Se crea una comunidad real, con debates, colaboración y mucho aprendizaje compartido”, afirma.
El trabajo de Adrià Chalaux y Albert Moreu en el Creators’ Playground de LABASAD es el ejemplo perfecto de lo que enseñan: usar el código no como fin, sino como medio para jugar, emocionar y comunicar. Una prueba de que la programación, cuando nace de la creatividad, puede transformar una pantalla en una experiencia, una línea de código en una idea, y un máster en una nueva forma de mirar el mundo.
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El Máster Online en Programación para Creativos de LABASAD te da las herramientas para dar tus primeros pasos en este mundo expansivo, con la guía de dos referentes que llevan más de 15 años construyendo experiencias digitales exitosas.