Blanding vs Challenger Branding
Bold, agencia especializada en Branding y Directores y profesores del Máster Online en Challenging Branding, nos cuentan qué es el concepto de Blanding y su diferencia con el Challenger Branding. No, has leído bien, no es un error gramatical. Blanding es un concepto que nos resume de forma muy sintetizada la tendencia que han […]
Bold, agencia especializada en Branding y Directores y profesores del Máster Online en Challenging Branding, nos cuentan qué es el concepto de Blanding y su diferencia con el Challenger Branding.
No, has leído bien, no es un error gramatical. Blanding es un concepto que nos resume de forma muy sintetizada la tendencia que han seguido muchas marcas en los últimos años a la hora de definirse y mostrarse ante el mundo.
Un término acuñado por Thierry Brunfaut y Tom Greenwood en “The hottest branding trend of the year is also the worst“ que no significa otra cosa que falta de carácter, sin personalidad. Una tendencia que se ha dedicado a crear marcas “diseñadas no para diferenciarse de la competencia sino para mezclarse” tal y como apunta el mismo Brunfaut.
Un buen ejemplo son las marcas de lujo Laurent, Burberry o Balmain, cuyos logos son susceptibles de ser la imagen del juego de las siete diferencias. Marcas que se han subido a la tendencia negrita y palo seco para no pasar de moda, olvidando que precisamente la homogeneización en su marca puede ser su principal enemigo.
Pero el Blanding no está solo presente en el mundo de la moda, marcas como Spotify, Uber o Airbnb tampoco se escapan de esta tendencia. De tono simpático, tipografía redonda y simplificada, y con color, mucho color, son los códigos presentes en la mayoría de startups.
To bland or to brand
Si el término Branding significa dejar huella, crear un impacto, ¿por qué muchas marcas buscan precisamente todo lo contrario? ¿Por qué se conforman con encajar? En Bold creemos que una de las principales razones es la voluntad de muchos gestores de marca en no correr ningún tipo de riesgo. ¿Por qué debo hacer algo distinto a lo que ya funciona? Otra es la inmediatez. Si el consumidor ya asocia mi categoría a una serie de códigos concretos, ¿por qué debo cambiar? ¿No voy a confundir a mi target?
En Bold acuñamos el término Thoughtful Bravery para transmitir a las marcas que deben ser valientes y creativas, pero siempre con una estrategia detrás que implique un conocimiento profundo del consumidor y del mercado. No se trata de ser solamente diferentes, ni de recargar ahora nuestros logos con el objetivo de conseguir una milésima de segundo más de atención de nuestro público. En Branding diferenciarse de la competencia porque sí es irrelevante, la originalidad sin sustento no conecta. Se trata de ser ágiles y creativos, y esto implica dar una solución original a una estrategia coherente con la marca y su público objetivo.
No vamos a saltar a la piscina sin saber antes si hay agua o no. Vamos a limpiar el agua, medir su ph, comprobar su temperatura, y entonces saltar, pero saltar bien, con personalidad.
Tendencia. ¿Sí o no?
Para concluir, y por si no fuera suficiente, renace un debate que sigue en pie acerca del form follows function de Louis Sullivan y la relación entre funcionalidad y diseño. ¿Qué espacio ocupa la tendencia dentro de éste? Entendemos que no podemos dejarla de lado, puesto que nos ayuda a evolucionar al mismo tiempo que evolucionan nuestro gustos y preferencias, aporta actualidad y modernidad a nuestros estilos, y nos puede ayudar a cuestionarnos códigos que creíamos inamovibles, pero entregarnos en cuerpo y alma a ella es un error. Es momento de que la función ponga las reglas y la forma y la tendencia vuelvan a adaptarse.